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Enable deslumbra en Chantilly

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Archivado en: Arco del Triunfo ENABLE

La yegua de Gosden dominó en todo momento la prueba y se adjudicó su quinto Grupo 1 de la temporada. Dettori hizo historia al convertirse en el primer jockey en ganar el Arco por quinta vez. Cloth of Stars y Ulysses cerraron el trío. Texto: Javier de Miguel / Fotos: Jesús de Miguel

ENABLE imponiéndose en el Arco (Foto: Jesús de Miguel) ENABLE imponiéndose en el Arco (Foto: Jesús de Miguel)

La capital parisina amaneció con llovizna y el cielo cubierto. Se presentaba en el horizonte la jornada más destacada y prestigiosa del otoño parisino y, casi con toda seguridad, del turf francés, con 6 carreras de Grupo 1 y con el Prix de l´Arc de Triomphe como prueba magna.

El Arco, cuarta carrera de la jornada (cada vez adelantan más la clásica, veremos si con el regreso a Longchamp se mantiene esta tónica), se presentaba con 18 competidores, con Enable como indiscutible favorita (1,8/1) seguida de Winter (12/1), Ulysses (13/1) y Order of St George (15/1). 

Fue bonita la ronda de presentación, con el paddock engalanado y la foto de todos los jockeys participantes en el mismo. Bajo un cielo cada vez más oscuro (pero sin amenazar lluvia) y con algo de viento, vimos una tranquila y mansa Enable, a Cloth of Stars algo nervioso, muy sudado a Idaho (recordando a los participantes de Coolmore del año anterior, ¿sería una señal?) y a Aidan O´Brien, pegado a Winter, dando las últimas instrucciones a Ryan Moore.

Tras la largada (con los tradicionales vítores y aplausos del público que llenaba las gradas) intentaron tomar la cabeza los caballos que salían por los tres cajones más interiores: Ulysses, Enable y Cloth of Stars. Finalmente la punta fue para los O´Brien Idaho y Order of St George, colocándose la pupila de Gosden tras ellos, con Brametot a su izquierda (tras avanzar por el interior). El representante de Niarchos seguía la estela de la favorita y el de Godolphin acababa en el medio del paquete. A su lado, pero pegada a los palos galopaba Winter. Los dos caballos japoneses marchaban en el paquete por el exterior con Plumatic y el alemán Dschingis Secret entre ellos, mientras Zarak iba en la parte trasera, con Doha Dream y Silverwave. Los punteros pusieron un ritmo alto –que no endemoniado- que hizo que se estirara el grupo y se mantuvieran las posiciones durante la recta de enfrente. En la curva se agrupó otra vez el pelotón pero apenas sin cambios y así desembocaron en la recta definitiva. Dettori mantuvo tapada unos metros a Enable, después la abrió ligeramente para que la yegua viera pista, esperó a los 400 metros para empezar a moverla y a los 250 desplegó su sprint final. Con la victoria ya clara, el resto de la recta sirvió para disfrutar de la aceleración y el bello galope de la gran estrella del turf europeo y para grabar en la retina una carrera que se recordará durante años. Enable brilló con luz propia en la gris tarde de Chantilly. Ulysses se fue tras la ganadora y lucho toda la recta pero al final perdió el segundo puesto ante un Cloth of Stars que, con algunos problemas de tráfico sin los cuales hubiese estado más cerca, fue el que más remató. Order of St George aguantó por los palos para hacerse con la 4ª plaza. Brametot, del patio de Rouget, alcanzó la última plaza remunerada. Winter, la segunda favorita, acabó en el 9º puesto.

La estrategia de Frankie Dettori se limitó en colocar desde el inicio a su montura cerca de la cabeza y marchar por el exterior (eso sí, tapándola tras los punteros) con el fin de reducir el riesgo de incomodidades durante el recorrido e impedir que, hipotéticos problemas de tráfico,  no les permitieran colocarse y atacar en el momento deseado. Después, una vez en la recta, confiar y aprovechar el motor y la aceleración Enable. Simple (que no sencillo) a la par que eficaz. Recordó, a un servidor, a la realizada sobre Golden Horn en su última victoria en el Arco; en aquella ocasión también colocó a su montura tras la punta (aunque la maniobra de salida fue más arriesgada, recorriendo mucha distancia muy por el exterior) con la idea de no tener complicaciones y poder desembocar en la recta en las primeras posiciones. El ataque final fue calcado, si bien en el Arco de 2015 (en Longchamp) Dettori y Golden Horn tuvieron que luchar más para alzarse con la victoria.

 

El resto de victorias también volaron hacia las islas

En esta edición, no hubo victorias, en ninguno de los Grupo 1 del domingo, para caballos criados en Francia.

En el Criterium de Yeguas (Prix Marcel Boussac) venció Wild Illusion con un prometedor rush final (¿será el gran día de Godolphin?, pensamos algunos tras la primera carrera, pues tenía buenas opciones en todas las carreras… no fue el caso, aunque consiguieron varias colocaciones, incluida la plata en el Arco).

En una apretada llegada, Happily consiguió adjudicarse el Grand Criterium. La veremos, a buen seguro, en las clásicas del año que viene.

Los 2.000 metros de la Opera fueron para Rhododendron, quien demostró que está recuperada de su lesión de verano y que puede convertirse en una gran campeona a cuatro años. Carrera preciosa con las 5 primeras en menos de dos cuerpos.   

Battaash se paseó en la línea recta de La Abadía. El caballo propiedad de Hamdan Al Maktoum ganó, por los palos, de punta a punta.

Cerró la jornada y, por tanto, el Arc Week-end, el Prix de la Foret, en el que Aclaim se llevó el triunfo.

 

El Meeting vuelve a casa

En 2018, la gran cita del calendario francés volverá a disputarse en la hierba de Longchamp, tras las obras de remodelación y mejora de las instalaciones del grandioso hipódromo parisino. Esperemos que haya valido la pena la espera de dos años y Longchamp nos impresione con su nueva imagen.

Por otra parte, bajo mi modo de ver (y el de mis compañeros de viaje), la organización del evento en el hipódromo de Chantilly ha sido un éxito. Creo que la mayoría de aficionados se han sentido cómodos en el hipódromo, no ha habido grandes colas ni aglomeraciones, ni en los accesos al hipódromo ni en las taquillas (menos este año con taquilleros pmu “móviles”) ni en las gradas, la oferta de restauración ha sido amplia y variada y la gestión de infraestructuras (centro de prensa, paddock, taquillas, gradas, servicios) ha sido eficaz. Por cierto, que este año se ha notado el aumento de la seguridad, con camiones del ejército en el pueblo de Chantilly.

Seguramente se ha visto afectada ligeramente la asistencia (las últimas  dos ediciones de Longchamp tampoco registraron la asistencia de otros años, por diferentes motivos –mundial de rugby, ausencia de caballos de japoneses…-) y también ha afectado en el ámbito deportivo, como por ejemplo, en el menor número de participantes en los 1.000 metros de La Abadía (veremos si así lo confirma el partant de la carrera la temporada venidera). 

Pero en definitiva, pocos son los que pensarían que íbamos a echar tan poco de menos a Longchamp en estos dos últimos meeting. Eso sí, muchas ganas hay ya de regresar otra vez.

Ya queda menos para un nuevo Prix de l´Arc de Triomphe. Ansiosos nos hayamos. Mientras tanto a disfrutar de las grandes carreras del turf europeo.

  • Fotografía: Jesús de Miguel
  • Fotografía: Jesús de Miguel


23 de abril de 2024